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He terminado de leer la segunda parte de la trilogía Millennium de Stieg Larsson, "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" (en el original "La chica que jugó con fuego").
En esta ocasión es la propia Lisbeth Salander la que es acusada del asesinato de su administrador y de un colaborador de Mikael Blomkvist y su pareja, el cual decide investigar los crímenes por su cuenta para demostrar la inocencia de la que un día fue su amiga y de la que no sabe nada en el último año. Pero todo indica lo contrario dentro de una trama de tráfico de blancas.
El libro aumenta la tensión y la calidad de la primera parte, los hechos que se desvelan son absolutamente impactantes y crean en el lector la necesidad de leer más.
Comenzaré inmediatamente la tercera y última parte.
Fin del día 846.
El libro aumenta la tensión y la calidad de la primera parte, los hechos que se desvelan son absolutamente impactantes y crean en el lector la necesidad de leer más.
Comenzaré inmediatamente la tercera y última parte.
Fin del día 846.
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